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Nuestra bodega hoy – Desbrote

Nuestra bodega hoy

Desbrote

La brotación es el primer indicio de que una nueva temporada comienza. Previo a esta manifestación, la vid absorbe la humedad de la tierra y hace reactivar las yemas ubicadas en la parte aérea, donde previamente por la poda se guía hacían donde va a ocurrir este fenómeno. Esta etapa del ciclo es la manera de «despertar» de la planta de su estado de hibernación.  

Mientras avanza la brotación también se despiertan yemas durmientes en el tronco, la panza y los brazos de la cepa. El equipo de agrónomos de la bodega comienza con unas de las tareas culturales más importantes en el viñedo: el “desbrote”. Consiste en dejar únicamente los brotes necesarios, evitando un exceso de uvas y vegetación. “Esta práctica garantiza que el desarrollo posterior de la vid se dé en mejores condiciones: se  baja la carga en kilos que soportará la planta, la cual logra concentrarse en alimentar los racimos que quedaron para alcanzar la calidad deseada” explica Ramiro Guiroy, Viticultor de Bodega Familia Schroeder. 

Además, los brotes deben ser acomodados de manera tal que permita la entrada de luz y aire a cada racimo. Cuando llegan a una altura ideal de 2 metros también se cortan los ápices (puntas de los brotes) para evitar que siga creciendo y, de esta manera, «ocupe sus energías» en el desarrollo de las bayas. 

Particularmente en la zona el manejo de la canopia es de suma importancia, ya que la misma debe tener el soporte de la estructura del viñedo para no sufrir daños por los fuertes vientos característicos de la zona, que a su vez benefician en la sanidad y en la calidad de la uva.